Leyendo una entrevista a un importante telepredicador americano, el pastor evangélico Joel Osteen, me sorprendió que escribiese: no estoy tratando de que esas personas se unan a mi religión: solo estoy tratando de sembrar una semilla de esperanza en sus corazones. Eso, en el hospital de campaña que quiere el Papa Francisco que sea la Iglesia, sería dar vitaminas para vivir.
El Dalai Lama dice: La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al Infinito.
Es aquella que te hace mejor. Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético... La religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión. El apóstol Santiago dice eso mismo (Sant 1,27)
En la realidad profunda, Dios es lo primero; en la realidad práctica hay que atender al prójimo antes que a Dios. Deja tu ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano (Mt 5,24). Hacer la visita al sagrario sin haber hecho visita a ningún enfermo no es el pensamiento de Jesús. (Mt 25,36) Estaba enfermo y vinisteis a verme.
Harvey Cox dice: Si Dios leyese The Times, lo último que leería sería el espacio dedicado a la religión, porque Dios se halla mucho más interesado por el mundo que por la religión
Me ha gustado esta frase de William Alexander: La tierra me enseña a que me olvide de mí mismo como la nieve derretida se olvida de su vida. La tierra me enseña a marcharme como las hojas que mueren en otoño. La tierra me enseña a tener energía como el árbol que crece en solitario. La tierra me enseña a volver a empezar con ilusión como la semilla que nace en primavera.
Jesús de Nazaret también sacaba de la naturaleza lecciones para la vida.
Me despido como lo hacen los jardineros: nos vemos cuando podamos.